Savathûn, la Reina Bruja

	Savathûn, madre morfa de Sathona, tu mente aguda nos deleita... Nos complace tu uso de nuestras larvas para crear poderosos caballeros y montones de guerreros. La retirada de Taox a la Fuente de Hidrógeno demuestra la superioridad de tu fuerza. Pero debes saber que no basta con recuperar tu hogar.
—Dioses Gusano

Savathûn, la Reina Bruja, anteriormente conocida como Sathona, es una diosa de la Colmena y hermana de Xivu Arath, Diosa de la Guerra y Oryx, el Rey de los Poseídos. Junto con sus dos hermanos, fue progenitora de la especie contemporánea de la Colmena y uno de sus principales dioses, habiendo hecho un pacto con los Gusanos de Fundamento. Ella es impulsada a comprender los secretos más profundos del universo, y gana poder del engaño y la confusión, alterando la realidad de aquellos que buscan entender sus esquemas insondables.

Biografía[]

Origen[]

	Soy Sathona, hija mediana del rey muerto. Recuperaré mi hogar y comeré la gelatina de la madre. Criaré a mi progenie en el cadáver del rey Helio. Lo prometo por mi ojo derecho.
—Sathona

Savathûn nació como Sathona, en el planeta Fundamento. Originalmente era ella de una especie de corta vida cuyo mundo natal se había estrellado contra Fundamento millones de años antes, con los fragmentos del planeta formando los continentes de Fundamento. La Corte de Osmio era uno de esos continentes, gobernado por el Rey Osmio, y Sathona era su segunda hija, hermana mayor de Xi Ro y hermana menor de Aurash. Las tres hermanas fueron tutorizadas por Taox, una madre estéril. Las duras vidas de la Proto-Colmena convencieron a Sathona a una edad temprana de convertirse en madre, no porque quisiera tener hijos o temiera morir, sino porque quería vivir lo suficiente como para tener sentido en su vida.

Sin embargo, para cuando su padre cumplió diez años (toda una vida para los estándares de su especie), había descubierto un gusano muerto en las orillas de la Corte de Osmio, que comenzó a atenderlo como un familiar, y comenzó a delirar que la Sizigia, un desastre profetizado, pronto ocurriría. Mientras Aurash tomaba en serio las advertencias de su padre, Taox concluyó que el rey estaba cayendo en la senilidad en su vejez, y que ninguna de sus hijas, que tenían dos años en ese momento, podía gobernar adecuadamente la Corte de Osmio y protegerla de la Corte de Helio, un reino rival. Aunque reconoció que Sathona era una pensadora brillante, Taox señaló que no podía luchar. En su desesperación, Taox envió un mensaje a los gobernantes de la Corte del Helio, los Bebedores de Helio, diciendo que ella los ayudaría a asesinar al Rey y sus hijas si la instalaban como su regente. Los Bebedores de Helio aceptaron la propuesta de Taox y atacaron, matando al Rey Osmio, pero sin poder matar a sus hijas. En la confusión, Sathona logró robar el gusano de su padre en su escape. Al llegar a la nave de Aurash, las tres hermanas hicieron un juramento de sangre para regresar y vengarse, con Sathona prometiendo que se convertiría en madre y criaría su engendro en los cadáveres de los Bebedores de Helio.

Durante el año siguiente, las tres hermanas navegaron por los océanos de Fundamento. Durante este tiempo, Sathona comenzó a escuchar al gusano de su padre hablarle, guiándola a actos que salvarían a las hermanas durante el año. Finalmente, las tres hermanas encontraron una nave a la que llamaron "la Aguja", construida de alta tecnología, pero cuya tripulación había muerto obscenamente tras eclosionar un huevo de una criatura que no podían reconocer. Xi Ro insistió en que vendieran la nave en el Atolón de Kaharn, donde se reunían las especies de Fundamento, diciendo que una subasta podría recaudarles suficiente dinero para contratar mercenarios para luchar contra los Bebedores de Helio. Sin embargo, Sathona le dijo a Xi Ro que la nave no valía nada. Aurash en cambio sugirió que repararan la nave. Con la inspiración del Gusano, Sathona estuvo de acuerdo con Aurash y convenció a Xi Ro de reparar la nave.

Durante los siguientes dos años, las hermanas repararon la Aguja, pero en este punto, las hermanas tenían cinco años. Sathona planteó sus temores de que pronto sería demasiado vieja para comer Gelatina de Madre, y que las hermanas no podrían cumplir su juramento. Aurash dijo que las hermanas tuvieron que bucear bajo los océanos de Fundamento, viajando al núcleo del planeta. Xi Ro advirtió que así era como la tripulación había muerto, pero Sathona, instada por el Gusano, estuvo de acuerdo con Aurash. Las hermanas llevaron la Aguja a las profundidades. Finalmente llegaron a un punto en el que podían usar los sensores de la nave en los océanos. Para su horror, descubrieron que la Sizigia era real, y que las lunas de Fundamento ya se habían alineado. Justo en ese momento, fueron encontrados por el Leviatán, una criatura de la que se habló durante mucho tiempo en el mito de la Proto-Colmena. El Leviatán advirtió a las hermanas que necesitaban dar la vuelta, o de lo contrario desencadenarían el desastre sobre el universo, diciendo que se enfrentaban a una elección entre la Luz, que ofrecía la civilización, y la Oscuridad, que ofrecía solo violencia. Sin embargo, el Leviatán no ofreció ninguna esperanza a las hermanas para evitar la Sizigia. Sathona luego reveló la ayuda del Gusano a sus hermanas, y cómo las instó a bajar. Rechazando las súplicas del Leviatán, las hermanas se sumergieron en el núcleo.

Al llegar al centro mismo de Fundamento, las tres hermanas encontraron a los Dioses Gusano: Akka, el Gusano de los Secretos, Eir, el Guardián del Orden, Ur, el Siempre Hambriento, Xol, Voluntad de los Miles, y Yul, el Gusano Honesto. Los Dioses Gusano ofrecieron a las tres hermanas la oportunidad de que la Proto-Colmena escapara de Fundamento y lograra la inmortalidad. Todo lo que tenían que hacer era tomar las larvas de Gusanos en ellos como simbiontes y esparcirlos entre la Proto-colmena. Los Gusanos plantearon la advertencia de que las hermanas nunca deben cesar su naturaleza: Xi Ro siempre debe probar su fuerza, Sathona siempre debe ser astuta y Aurash siempre debe tratar de entender. Las hermanas aceptaron el pacto y se convirtieron en la primera Colmena: Xi Ro tomó la forma de Caballero y se convirtió en Xivu Arath, Sathona tomó la forma de madre y se convirtió en Savathûn, y Aurash tomó la forma de rey, transformándose en hombre y se convirtió en Auryx, el Rey de la Colmena.

Campaña de Destrucción[]

	Todavía no tengo una prueba estricta, ¿sabes? Esto que creemos, que estamos liberando el universo al devorarlo, que estamos extirpando la podredumbre, que vamos a unirnos al estado definitivo... No he encontrado una prueba estricta y eterna. Podríamos estar equivocados.
—Savathûn

Cuando Auryx y sus hermanas forzaron un ultimátum sobre la Proto-Colmena restante para que aceptara a los gusanos o pereciera, Auryx dirigió su atención a las lunas de Fundamento, y a los Amonitas que se habían aliado con el Viajero y dieron asilo a Taox. Inicialmente estaba dispuesto a negociar con los Amonitas, pero su hermana Savathûn, bajo la presión de los Gusanos, mató a Auryx como castigo. En lugar de morir, el alma de Auryx pasó a su reino Ascendente, o Mundo Trono, donde su alma residió hasta que regresó al reino mortal. Reprendido, Auryx purgó la simpatía y la buena voluntad que le quedaba, convirtiéndose en un tirano despiadado. Él y sus hermanas lucharon y se mataron entre sí regularmente después de la derrota de los Amonitas, como parte de su adoración a la Lógica de la Espada y su intento de convertirse en las espadas más afiladas del universo, dirigiéndose a sus reinos Ascendentes cuando eran derrotados. Su guerra de venganza contra Taox se había transformado en una campaña de genocidio, cuando mataron a los Amonitas y otras civilizaciones interestelares para alimentar a sus Gusanos. Cuando Oryx estableció la Corte de Oryx para estudiar la Lógica de la Espada, Savathûn se inspiró para establecer una corte propia, conocida como el Sumo Aquelarre.

Durante la guerra con los Ecúmene, Auryx se dio cuenta de que los Dioses Gusano lo habían engañado a él y a sus hermanas: el apetito de sus Gusanos crecían más allá de su capacidad de alimentarse con la muerte. Al encontrarse con sus hermanas en su reino ascendente, rodeados de sus sirvientes (algunos de los cuales las despreciaban por mostrar debilidad) se desesperaron por su dilema. Cuando sus hermanas ofrecieron su poder para ayudar a Auryx a encontrar una manera de salvarlas, Auryx las mató, luego usó ese poder para enfrentar a su dios patrón Akka, el Gusano de los Secretos. Mató a Akka para poder robar su capacidad de invocar a las Profundidades y creó las Tablas de la Ruina, que le dieron el poder de poseer. Completada su transformación, Auryx era ahora Oryx, el Rey de los Poseídos. Durante la guerra posterior con los Ecúmene, Oryx revivió a Xivu Arath en un acto de guerra, y revivió a Savathûn en un acto de astucia. Luego decretó el sistema de diezmos: cada Colmena mataría a sus enemigos, tomaría el tributo de muerte para alimentar a su propio gusano y diezmaría el resto a sus superiores. Los Lacayos diezmarían a los Acólitos, los Acólitos diezmarían a los Caballeros o Magas, los Caballeros y Magas diezmarían a la Colmena Ascendente, aquellos que comandaban legiones de guerreros y se ganaban el derecho de entrar en los reinos ascendentes de los dioses de la Colmena. Toda esta violencia eventualmente llegaría a Oryx, Savathûn y Xivu Arath, permitiendo que sus Gusanos se alimenten de la violencia mientras continúan invocando sus naturalezas internas.

Después de la Amputación Dorada, Oryx declaró a sus hermanas que la Colmena había conquistado su camino hacia el borde de las Profundidades, y que le había concedido una audiencia personal. Cuando Oryx se retiró a su Mundo Trono para comunicarse con él, Savathûn conspiró con Xivu Arath para vararlo allí y robar sus Tablas de la Ruina cortando el tributo que fluía a través de su sistema de diezmos. Finalmente no tuvieron éxito, y al regresar, Oryx libró la guerra contra Savathûn y paralizó su propio tributo.

A raíz de este intento de traición, Savathûn se enteró de una de las hijas de Oryx, Ir Anûk, y se enfureció y se deleitó con su brillantez.

Mientras Oryx estaba estudiando las Profundidades, su hijo Crota fue engañado por Savathûn para usar su Machete para cortar un portal dentro de su Mundo Trono, permitiendo que los Vex lo invadieran. Esto divirtió a Savathûn y Eir, el Guardián del Orden, alertó a Oryx de la situación. Después de que Oryx se ocupó de la incursión, Savathûn le dijo a Xivu Arath que el trono de Oryx había sido comprometido y le mostró dónde cortarlo para que pudiera matarlo. Sin embargo, Oryx había reconocido que su Mundo Trono era vulnerable, por lo que lo trasladó a un poderoso Acorazado descuartizado de los restos de Akka.

Después de que Oryx se enfrentó y capturó Quria por última vez, presentó el Vex a Savathûn como un regalo, con la esperanza de que ella estuviera complacida por sus simulaciones. Cuando ella le preguntó qué prueba tenían de que lo que estaban haciendo era correcto, Oryx simplemente respondió que la existencia de la Colmena era prueba suficiente en sus convicciones para vivir eternamente por la Lógica de la Espada. Después de la guerra con la Armonía, Savathûn decidió que sus flotas entrarían en el agujero negro alrededor del cual vivía la Armonía, alegando que se volverían más fuertes por ello, mientras que Xivu Arath se llevó sus flotas lejos de Oryx ya que sentía que la limitaba demasiado.

El Plan[]

	Dejaré mi cuerpo físico, para existir donde sea que también existan mis planes y mis conspiraciones. Y así, seré inmortal, siempre y cuando alguien busque comprenderme y falle.
—Savathûn

Casi al mismo tiempo que se estableció el sistema de tributo de la Colmena, Savathûn, insatisfecha con el método establecido de alimentación de Gusanos, se embarcó en un proyecto que le permitiría escapar de la trampa que alimentaban a los Gusanos. Para hacerlo, intentó aumentar la velocidad a la que su Colmena recogía tributo para ella, colocando varias Colmenas Ascendentes en órbita alrededor de un agujero negro. Al hacer esto, esperaba que debido a que el tiempo pasaría más lentamente para los Ascendentes en relación con el universo exterior, el Gusano Ascendente percibiría una mayor tasa de tributo producida por la Colmena menor en otras partes del cosmos, y así estaría satisfecho sin un verdadero aumento en el tributo.

Sin embargo, este plan no tuvo éxito, ya que los Gusanos Ascendentes entendieron lo que estaba sucediendo y aumentaron su hambre. En consecuencia, Savathûn resolvió probar otro enfoque, en el que su Colmena reuniría tributo en una región del espacio donde el tiempo pasaba más rápido que el resto del universo. Ella planeó usar el poder y la perspicacia alcanzados a través de este método para revisar completamente la forma en que ganó tributo a través de la Lógica de la Espada, pasando de un sistema donde el tributo se obtenía a través de la violencia a uno donde el tributo se obtenía a través del fracaso de otros seres para comprender sus esquemas. Este nuevo sistema de adquisición de tributos sería conocido como "Imbaru". Para lograr esto, ella deliberadamente llevó a Crota a dejar que el Vex entrara en el Mundo Trono de su padre, con el fin de obligar a los Vex a crear Quria, Hoja Transformada. Más tarde, cuando la campaña contra la Armonía estaba completa y Quria fue poseída y entregada a ella como regalo, Savathûn dejó a sus hermanos atrás y entró en el agujero negro de la Armonía, con la esperanza de promover sus planes y evitar que la Mente Vex poseída informara de su trabajo a Oryx. Mientras estaba en el agujero negro, le enseñó a Quria a aprovechar la magia de la Colmena y aplicarla a la resolución de problemas computacionales. Usando esto, Quria aprendió a navegar y diseñar la singularidad, luego a formatear la información para que Savathûn la entienda. Ahora capaz de entender el funcionamiento interno de la singularidad, comenzó a avanzar con su gran esquema.

Savathûn explicó los detalles de su plan a un Lacayo confundido, según una regla del Sumo Aquelarre de que los planes de una Maga deberían ser incomprensibles para un Lacayo. Luego grabó su conversación y la cifró con la ayuda de Quria, junto con un mensaje para un futuro lector. Este mensaje permanecería sin leer durante un lapso de tiempo incalculable, hasta que el Guardián se topó con él, encriptado dentro de Lumen, mientras exploraba la Ciudad Ensoñada.

Desde las Sombras[]

Dos años después de la aparente muerte de Oryx en la Guerra de los Poseídos, una progenie de la Colmena previamente desconocida infestó las arcologías abandonadas de la Edad de Oro en la luna de Saturno, Titán. Los escaneos del Espectro de varios artefactos de la Colmena vincularon aún más a la nueva progenie con Savathûn. Lo más inquietante de todo es que una Escuadre de Guardianes se perdió durante una incursión en la Nueva Arcología del Pacífico, la Operación Calibán, y se descubrió que habían sido convertidos por la Colmena en cristales que contenían Luz de Vacío. Estos cristales estaban destinados a alimentar un ritual de invocación para ella, la pieza central de la cual era un Aullador masivo llamado "Canción de Savathûn". Con la ayuda de la Hechicera Práxica Taeko-3, el Guardián luchó a través de las profundidades de la Arcología y destruyó los cristales y la Canción, interrumpiendo el ritual de invocación.

La evidencia de otras partes del Sistema Solar indica que Savathûn ha tomado el control de los Poseídos a través de Quria; habiendo aprendido el poder de poseer a través de sus simulaciones perfeccionadas de Oryx. En Ío, las fuerzas lideradas por Ir Arok, Lengua de Quria, han intentado corromper al colectivo Vex en el Piramidión, solo para fracasar debido a la intervención del Guardián. Además, un comandante Cabal de la Legión Roja, Grask, el Consumido, fue encontrado como un Poseído; la Legión Roja solo tuvo presencia en el Sistema Solar después de la muerte de Oryx, por lo que esto sirve como una indicación más de que Savathûn ha logrado la dominación sobre los Poseídos.

Estratega[]

	Capté una parte del mensaje. "Savathûn, emerge de las profundidades. Toma nuestro poder".
—Espectro

Después del despertar y la caída de Nokris, Suplicante de Savathûn, y el Dios Gusano, Xol, los Guardianes encontraron la Colmena en Marte enviando mensajes a Savathûn, suplicándole que se levantara de las Profundidades y "reclamara su poder". Los enviados de Savathûn también han sido vistos emergiendo de los portales ascendentes en la Cuenca de Hellas.

Renegados[]

	No reparé en su presencia. Eso quiere decir que [la luz] no reparó en su presencia. Ella sabe que, aunque estoy [poseída], no obedezco a nadie. Así que le pregunto si quiere recoger los hilos. Lo hace. Y yo adopto una forma nueva. Mi jaula pierde su propósito. Me doy cuenta de que no es parte de su gran plan. Es una introducción. Está jugando. A través de nuestro nuevo vínculo, vislumbro sus intenciones. Y espero que siga jugando.
—Riven de las Mil Voces

A medida que Savathûn iba ganando el control completo sobre los Poseídos, la Reina Bruja obtuvo un nuevo y poderoso aliado en el Arrecife: Riven de las Mil Voces, la última Ahamkara conocida en el Sistema Solar; poseída por Oryx durante el inicio de la Guerra de los Poseídos y en la primera invasión de la Ciudad Ensoñada. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los Poseídos, Riven conservó su libre albedrío. Con el fallecimiento de Oryx, Savathûn contactó con los Poseídos dentro de la Ciudad Ensoñada y Riven, dando a la Ahamkara un nuevo propósito para servirle. A través de Riven, los Poseídos estaban preparados para corromper a todos los Insomnes e invadir el Arrecife, utilizando a Uldren Sov y a los Desdeñados en el proceso. Aunque Riven logró abrir la puerta de acceso a la Ciudad Ensoñada, se hizo vulnerable a los Guardianes. Los Guardianes, ayudados por sus aliados Insomnes y las Técnidas, lograron matar a Riven y purificar su corazón. Sin embargo, su muerte sirvió a un propósito ya que la Ahamkara trascendió la muerte y concedió un último deseo: maldecir la Ciudad Ensoñada con energías Poseídas y alterar sus reglas de ascendencia.

Xivu Arath también tomó medidas para asumir el control de los Poseídos y de la Colmena dentro de la Ciudad Ensoñada. Las entidades leales a la Diosa de la Guerra de la Colmena aparecieron para robar reliquias Insomnes de conocimiento peligroso, con poderosos Poseídos apoyándolos.

Para promover sus objetivos y mantener su ventaja, Savathûn confió a su hija, Dûl Incaru, el Eterno Retorno, para comandar la maldición Poseída dentro de la Ciudad Ensoñada y encontrar el modo de invadir el Distributario, el verdadero lugar de origen de los Insomnes. Mara Sov llamó a sus aliados Guardianes a luchar contra la corrupción Poseída. Al entrar al centro de Eleusinia, al antiguo Mundo Trono corrupto de la reina Insomne, los Guardianes derrotaron a Dûl Incaru. Sin embargo, este aparente fracaso fue parte de los mayores planes de Savathûn para la Ciudad Ensoñada. Después de la muerte de Dûl Incaru, la Ciudad Ensoñada volvió a la normalidad, regresando nuevamente a través al proceso de corrupción por los Poseídos, lo que llevó a otra batalla entre los Guardianes y Dûl Incaru. Este bucle de tiempo, hilado por Quria, Hoja Transformada, y realizado por el deseo de Riven, todo con el propósito de acumular tributo para Savathûn a través de sus subordinados al cometer violencia dentro de espacios con tiempo en bucle.

La Corona del Dolor[]

	Esta es la razón por la que naciste.
—Emperador Calus

Meses después, Savathûn se enfrentaría al Emperador Calus en sus intentos de apropiarse de los Guardianes. Durante una de las conquistas de la Sombras de Calus de una las Lunas de Guerra de la Colmena, Savathûn les tendió una trampa para encontrar la Corona del Dolor, una antigua reliquia de la Colmena Ascendente que se cree que imita el poder de Oryx para doblegar las voluntades. En realidad, era un dispositivo de vigilancia destinado a Calus para poder ser espiado por Savathûn desde el Reino Ascendente, con la esperanza de ponerlo bajo su control cuando la usara.

En cambio, Calus hizo que Gahlran, Portador del Dolor, usara la Corona en un intento de comandar la Colmena; solo para desencadenar los encantamientos de Savathûn que enloquecieron a Gahlran y desataron a la Colmena dentro de la Casa de las Fieras. El terror de Gahlran duró poco ya que Calus envió a una escuadra de incursión para que lo eliminaran y recuperaran la Corona.

La Reina Bruja atormentaría a Calus al infiltrarse en las mentes de sus leales a través del uso de lo que Calus describió como un "lenguaje viral". También dejó mensajes dentro del Cronicón, un documento que Calus encargó como registro de sus acciones pasadas y futuras de los Lealistas.

Dirigiendo al Enjambre[]

	Busca descubrir todo lo que puedas en las pesadillas... Busca a tus antecesores en esas formas etéreas. Pues, aunque podría decirles que tal senda lleva a la decepción, deben verlo ustedes mismas... Levanta la Espira carmesí. Anuncia tu llegada. Desafía a la Luz.
—Savathûn a Hashladûn

Cuando tres hermanos herejes de la Colmena de la Progenie de Crota, Malkanth, Akrazul y Azavath, trataron de rebelarse contra las hijas de Crota, que habían sumido el liderazgo del Enjambre Oculto, Savathûn se reveló como quien planificó la situación. Cuando la Maga Malkanth realizó un ritual para poner la esencia de Akrazul, un Caballero lisiado, en el cuerpo de su compañera Maga Azavath, el plan fracasó. La ira de Akrazul era tan grande que se desenfrenó del cuerpo de Azavath, lo que lo llevó a matar a Malkanth y asalta al Enjambre. Como la esencia de Malkanth había abandonado su cuerpo en su muerte, Savathûn susurró a la esencia de Azavath y le ordenó que tomara el manto de una Cantora de Muerte. Colocando su esencia en el cuerpo de Malkanth, Azavath se convertiría en Ir Airâm, Cantora de Muerte, matando tanto a Akrazul como al campeón del Enjambre Oculto Zulmak, Instrumento de Tormento, con su Canción de Muerte. Savathûn capturó la esencia de Zulmak para sus propios fines, y discutió con la esencia de Malkanth, sin cuerpo, antes de que ella muriera. La Reina Bruja le contó a Malkanth de su rechazo a los dioses y los "absolutos" como el tiempo, el espacio y la muerte. Creyendo que cuando el último absoluto caiga absolutamente se enfrentará a un final, total y completo.

La Reina Bruja se pondría en contacto con las Hijas de Crota. Como parte de sus planes mayores, hizo un trato con las cuatro ofreciendo dos bendiciones: la esencia de Zulmak, para ser reanimada como campeona de títeres para los nefastos propósitos de las hijas, y la reforma del coro, un legendario grupo de Cantoras de Muerte que será dirigido por Ir Airâm. A su vez, las hijas se dedicarían a la construcción del Bastión Escarlata para atraer a los Guardianes a la Luna. Sin embargo, las hijas no se percataron de que el acuerdo era otro engaño de la Reina Bruja, ya que sabía que incluso con el Coro y Zulmak, los Guardianes diezmarían al Enjambre Oculto. La intención de la Reina Bruja sería atraer a todos los Guardianes para extinguir la línea de sangre de su fallecido hermano Oryx.

Extendiendo su Alcance[]

	No te molestes en adivinar las intenciones de los poseídos. En su lugar, pregunta qué busca la mano que los dirige.
—Eris Morn

Después de su rivalidad con Calus y el conflicto en la Luna, Savathûn encontró una oportunidad en una matriz computacional Vex en Ío que le proveería de conocimiento y peones para sus planes. Ella envió una gran plaga Poseída a la matriz para corromperla y ponerla bajo su control, provocando que los Vex reaccionaran violentamente. La Vanguardia detectó la masiva oleada de poder debajo del Piramidión donde se encontraba la matriz y envió una escuadra de asalto para investigar. Pronto encontrarían a los Vex y los Poseídos, comandados por Baurisk, Enviado de Savathûn, luchando entre sí por el control de la matriz; los Guardianes reconocieron que la plaga era similar a las encontradas en la Ciudad Ensoñada, lo que les hizo sospechar que Savathûn era quien estaba detrás de la ofensiva Poseída. Eris Morn advirtió a Zavala que la Reina Bruja no era tan temeraria como su hermano, ya que no se arriesgaría a una confrontación directa, y la Ciudad debe estar preparada y ser lo suficientemente sabia como para saber cuándo Savathûn haría su próximo movimiento.