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Confesiones

Confesiones es un libro de Historia introducido en Penumbra. Las entradas se desbloquean al encontrar y recoger jarrones intrincados que se encuentran en la Casa de las Fieras, la incursión de la Corona del Dolor y una en el Salón del Tributo.

Entrada I[]

Por la mente de Match, consejero de la Sombra al verdadero Emperador. Sobre el Leviatán, incapaz de alterar su curso. Hoy vierto agua del Cáliz-Y para que mis antepasados puedan lavarse los ojos. Todos mis pensamientos y propósitos para mi Emperador, Calus, antiguo y futuro soberano.

Pasamos por las tierras exteriores de nuestro imperio perdido. Un día, el Leviatán aulla mientras avanza a toda velocidad; el siguiente, se desliza inerte mientras mantiene el rumbo. Todavía no podemos reparar los destrozados sistemas de control, y nuestro Emperador, que una vez ordenó la construcción de esta nave para sus propósitos, se niega a compartir sus conocimientos en metacolaboración.

Sin embargo, mientras dejamos el espacio que una vez fue su dominio, veo cómo mi Emperador digiere su situación. Ya no se enfurece y derrama vino. No ha maldecido el nombre de Ghaul en casi un año. Siento que sus pensamientos toman nueva forma y color.

No sé si me gusta eso.

En el rápido tiempo de la relatividad, observamos cómo los cabal cambian a nuestro alrededor, y mi ojo se enfría de tanto llanto. Cuando Calus reinó, los artistas y pensadores visitaron los mundos ateneos para inspirarse en las maravillas alienígenas de todo el mundo y más allá de los cabal. Ahora los mundos ateneos están cerrados. Las obras a las que sirvieron de inspiración han sido reemplazadas por las sombrías armas de la línea de montaje y por la arquitectura de guerra. Fuentes géiser de combustible negro; los jardines se desvanecen bajo las chimeneas de las fábricas.

Incluso, Ghaul ha desfigurado las mentes de los pueblos. Él ha desmembrado a los cabal de sus influencias extranjeras, enseñando a la gente la espantosa autosuficiencia de un luchador de foso. Armas que solo un soldaducho puede entender. Lenguaje que solo puede ser ladrado a través de una red bélica. Lo lamento por el imperio que construyó maravillas como el Noveno Puente. Lo lamento por todas las especies clientes obligadas a ser parte de esto.

Pero si me lamento, mi Emperador se debilita por completo. Incluso su interés por los archivos y el observatorio se ha desvanecido, ya no le importa estudiar un universo que lo ha ofendido. Él duda de su propia divinidad, porque ¿cómo podría un dios permitir que esto suceda? Su ira se ha ido y no sabe lo que le queda después. La nueva forma que siento en su mente es gris y suave como la niebla.

Entre mi gente (me refiero a mi gente, a la gente del cáliz, no a toda la especie psiónica) llamamos a este sentimiento "dulce mazmorra", el refugio que se convierte en una prisión. Para Calus, me imagino que se siente como la pérdida de todo el apetito. Incluso la curiosidad que lo hizo ser genial.

Los consejeros me piden que vaya con él. Pero sigo teniendo miedo. ¿Y si él ve mi secreto? ¿Qué hará? Incluso su amado vendedor de té ya lo ha abandonado. Si él sabe que aún adoro al viejo cáliz, y que coloco el cáliz antes que su nombre en mi bendiciones... ¿será una traición demasiado grande?

Al menos ya no grita en la noche.

Entrada II[]

Por la mente de Match, consejero de la Sombra al verdadero Emperador. Sobre el Leviatán, incapaz de alterar su curso. Hoy vierto sal del Cáliz-Y para que mis antepasados puedan suavizar su piel. Todos mis pensamientos y propósitos para mi Emperador, Calus, antiguo y futuro soberano.

Estamos en guerra. Aquí en la periferia del imperio, las flotas se enfrentan por el vacío. En el consejo, suponemos que el tirano Ghaul quiere este vacío como un amortiguador contra la invasión, pero ¿no es amarga la ironía? Este enemigo no desea nada más que nuestra muerte. Y así los complacemos ya que morimos por nada.

Es lo opuesto a todo lo que Calus quería para su gente. Incluso las nuevas naves cabal son desechables. Estas no son los hermosos elementos disuasorios de la armada de Calus; son feas, hechas a la ligera y toscas. La tripulación vive en su armadura, prisioneros de su deber, escapando solo a través de la música y los juegos introducidos de contrabando en la red bélica. Entiendo que un pasatiempo popular es crear tu propia alineación de "flotas" y "legiones" basándote en las verdaderas naves y soldados cabal, y competir con compañeros para obtener la mayor cantidad de victorias. Por supuesto, es de muy mala suerte reclutar a tu propia unidad.

El enemigo es mucho peor. Todos los psiónicos viven en un mundo de mentes. Creo en el cáliz y en todos sus espíritus porque los siento todos los días; las huellas dejadas por otras mentes en las cosas que toco y veo. Estos de la colmena... no tienen espíritu. Sus almas están demacradas. Algún horrible disolvente los ha despojado de todo, excepto del odio, la astucia y la voluntad de sobrevivir. Creo que adoran a la muerte porque es la única salvación de su existencia.

Sugerí que los consejeros de Guerra invitarán a Calus a observar uno de los grupos de transportadores de Ghaul atacando a una luna de guerra de la colmena. Vino porque sabe cuánto vale pretender que le interesa. Pero incluso la forma de la flota lo hirió; Ghaul y su aliado tiránico, Umun'arath, han abandonado los orgullosos e independientes cruceros (los instrumentos del estado, como les decía Calus) por enjambres de fragatas que succionan combustible de enormes flotas transportadoras. Los portales de la colmena no dejan tiempo ni espacio para elegantes bailes vectoriales, por lo que estas nuevas naves están diseñadas para intercambios brutales a muy corta distancia.

Sentimos a otros psiónicos trabajando, ocultando la flota traidora de la colmena mientras dispersaban los taladros y las cápsulas de embarque en el camino de la luna de guerra. Un asalto en la superficie no era suficiente; alguien tendría que llevar una ojiva destructora de planetas a las vísceras de la luna. Atrapado en la emoción, le pregunté a una de las consejeras de guerra cómo podríamos prevalecer contra la colmena, que era tan antigua y poderosa.

Comparó a nuestros cabal con un buque de guerra de alta mar y a la colmena con un submarino. Podrían sumergirse en las profundas capas metafísicas de la existencia, donde no somos rival para ellos. Pero en el universo ordinario, la colmena es como un submarino en la superficie: sigue siendo peligroso, pero no tan invencible.

Estaba fascinado y secretamente sorprendido por la claridad del cáliz en su cara. ¿Creía ella que finalmente podríamos derrotar a la colmena?

No, dijo. Pero podríamos detenerlos lo suficiente como para poder vivir nuestras vidas. ¿No era eso suficiente?

Invitar a Calus fue un error. Solo le recordaba que no tenía ningún poder en absoluto.

Entrada III[]

Por la mente de Match. Sobre el Leviatán, resignado a su curso. Hoy lleno el Cáliz-Y con polvo de huesos, para que mis antepasados puedan secar su tinta. Todos mis pensamientos y propósitos para mi Emperador, Calus, antiguo soberano.

El Leviatán viaja a través de un vacío en la galaxia, sin estrellas ni polvo para aliviar su nada. Los astrónomos dicen que un antiguo cataclismo aquí abrió un absceso en el cosmos. Siento la ausencia de espíritus como un dolor de cabeza por la presión, como si todo dentro de mí quisiera salir corriendo.

Todos estamos perdiendo la esperanza, pero mientras sigamos perdiéndola, entonces no se habrá acabado. Se dice que los psiónicos no tienen sentido del humor, porque el humor proviene de lo inesperado y nosotros somos clarividentes. Bueno, no fuimos lo suficientemente clarividentes como para ver el golpe, por lo que supongo que debemos ser lo suficientemente ciegos como para mantener el sentido del humor, y todavía puedo reírme de nuestra situación: el fiel séquito del Emperador curioso, el Emperador de la felicidad excesiva; abandonado en la nada absoluta.

Calus no abandona su sillón de observación para comer, para visitar los jardines o degustar vinos, ni para leer o escribir en su Imperativa Titanica o para sugerir nuevos platillos a los cocineros, o para contar historias de mundos lejanos, o incluso preguntarse en voz alta por qué Caiatl nunca le prestó atención. Él mira y mira al vacío.

Creo que se siente pequeño. La mayor parte del universo no es nada, y él a su vez no es nada. Esta cicatriz en nuestra galaxia fue cortada mucho antes de que él naciera.

Hoy dibujé el Cáliz-Y en la tierra de un jardín. Usé mi dedo, no mi mente, para que nadie lo sintiera. Mi fe fue exterminada mucho antes de que mi gente conociera a los cabal, de una manera tan absoluta y cruel que no creo que una persona que no sea psiónica pueda entender el dolor.

Mis antepasados eran los guardianes de los secretos más fuertes del universo. Lo sé porque sobrevivieron lo suficiente como para darme a luz. No sé cómo lo hicieron, porque cada vez que miro a otro psiónico en la cara veo el Cáliz-Y, la copa sagrada en la que se vertían nuestras mentes.

¿Y si Calus sabe que estoy perdiendo mi fe en él? ¿Qué pasa si soy el veneno que lo debilita?

¿Quieres escuchar un chiste? No, ya sé que me reiré. Esa es una broma psiónica.

Entrada IV[]

Por la mente de Match, no sé dónde estamos, que el cáliz nos guarde y nos ayude a todos.

Absolutamente nada.

¡Dios le responde a dios! El vacío en el alma de Calus lo llamó y ESTO es lo que respondió: el sistema de control del Leviatán falló cuando vio lo que nos espera; ¡estamos flotando hacia ello!

Calus se ha encerrado en su cámara de observación. Sus transmisiones golpean la COSA y regresan desfiguradas por fuerzas intolerables. Nos hemos reunido para compartir nuestros pensamientos en colaboración, para tratar de entender lo que está sucediendo, pero todos tememos que tengamos éxito, tartamudeamos como niños y la colaboración falla.

¿Es este el límite del universo? El espacio no puede tener un final: continúa para siempre. Pero un agujero en la eternidad sería una especie de límite... una falla, un defecto, un lugar fuera de lugar...

Debo estar tranquilo. Debo grabar mis pensamientos. Ahora pienso en la Máquina OXA, eternamente perdida y eternamente reconstruida, que se traspasa de una civilización a otra como la caja negra de una nave. Pienso en las leyendas de Oryx, Rey de la colmena y su aventura para atravesar lo profundo. Tomaba esa historia como una alegoría. Creo que estaba equivocado.

¿Qué nos va a pasar dentro? ¿Se colapsará la geometría del espacio y el tiempo, de modo que experimentemos el resto de nuestras vidas en un solo momento, aplastados sobre nosotros mismos como una cadena enredada? ¿Me atenderé a mí mismo mientras muero de vejez o gritaré advertencias sobre mi propio pasado cuando nos encontremos en el furioso laberinto de un retorcido Leviatán? ¡Odio pensar en ello! ¡Una eternidad leyendo mis propias mentes desquiciadas, saboreando la locura de mi propio futuro y, por lo tanto, convirtiéndome en eso!

Incluso los espíritus del cáliz se volverían locos.

Solo hay uno de nosotros que le da la bienvenida a esta locura y no sé por qué, pero ¿cómo podría? ¿Cómo podría anticipar o entender a un dios?

En toda la nave, transmitiendo desde la comodidad de su cámara de observación, CALUS SE ESTÁ RIENDO.

Entrada V[]

Por la mente de Match, consejero de la Sombra al verdadero Emperador. Sobre el Leviatán, vagando al antojo de nuestro Emperador. Hoy lleno el Cáliz-Y con dados, para que mis antepasados puedan probar su suerte. Todos mis pensamientos y propósitos para mi Emperador, Calus, antiguo y futuro soberano.

Hoy estaba en el observatorio cuando vino a buscarme. Debería haber estado examinando un listado de leales para el contragolpe, pero en realidad, estaba observando los espejos en ruinas de una antigua coraza estelar mientras caían a cuatrocientos millones de kilómetros en un sol azul. Parecen pañuelos arrugados. Su caída es muy lenta, y quienes los hicieron están muertos hace eones.

Aquí en nuestro Leviatán, todo renace. Las compañías de guardias han pulido sus armaduras con un brillo almibarado. La nave responde hábilmente a nuestras órdenes, y apenas podemos saciar su apetito por la masa para alimentar sus motores y fábricas. La música llena los jardines, los jardineros tararean mientras cortan y quitan las malas hierbas, y Calus se prepara en las cocinas con una pizca de especias, una vez más es él mismo, sin lugar a dudas.

No he pensado dentro de este diario desde aquel día en el límite, cuando Calus salió de su burbuja de observación rebosante de alegría. "Es el fin", gritó, feliz como una niña con sus primeros colmillos. "¡Es magnífico, es divino, es más de lo que nunca fui! Match, ¡es el fin de todo!"

Me asustó. Ese día nos asustó a todos, ninguno de nosotros hablará de ello, y no nos atrevemos a más que una metacolaboración superficial, no sea que nuestros recuerdos se conviertan en una verdad mortal. Pero en ese vacío, Calus vio su propósito renovado. Nos guió para restablecer el sistema de navegación averiado, reparar el sabotaje de los traidores y retomar el control. Pensé que volveríamos rápidamente a nuestro mundo, pero Calus ya no parece preocuparse por su trono perdido... o preocuparse por las reformas que una vez defendió.

Ahora vagamos por la galaxia en una cruzada epicúrea, catando un contrato de furias crudas y delicias peculiares. Toda la curiosidad y la avaricia que Calus una vez vertió en el gobierno, ahora se extiende a sus apetitos. He visto a Calus festejar con cosas que ninguna boca viva puede comer. Un frío superfluido de helio-4, girado en su copa durante diez años por un solo giro de su muñeca: regresó una década más tarde para tirarlo de nuevo. O un guisante de neutronio que debería haberlo atravesado como niebla. Me dijo que sabía como el caramelo más grueso.

Está cambiando.

Estuvo aquí hace un momento. La estrella en ruinas llamó su atención: ama la belleza y millones de velas brillantes como espejos que se doblan como tejidos en el viento para caer en un gigante azul es algo muy hermoso. Hace eones, alguien construyó estos espejos para que floten en la luz de la estrella azul, y durante un tiempo, supongo, vivían en un paraíso alimentado por el sol.

"¿Cómo murieron?", pregunté.

"Esa, Match, es la pregunta equivocada". Ajustó la sala de observación para rastrear un solo espejo que caía. En vida, la vela había sido tan amplia como el espacio entre un mundo y su luna; en la muerte, el aparejo se había derrumbado en un cardo de girometal y brillo. "¡Lo que deberías preguntar es por qué me alegro tanto de que murieran!"

No podía imaginarlo, y lo admití. "Estos seres se parecían mucho a nosotros. No viajaban a través del tiempo ni laceraban el universo y se arrastraban dentro de las heridas o anhelaban el apoyo de cualquier máquina antigua... eran criaturas de ambición material, de la física, de la vida. Si fallaron, es un presagio de muerte para nosotros".

"Precisamente", dijo Calus, con una generosidad irónica. "Una vez fueron grandes. Por un momento, pensaron que vivirían para siempre. Y se equivocaron. Seríamos muy ingratos para rechazar esa lección, ¿no lo crees?"

Me senté frente a una fuente e intenté verter a los espíritus para que me guiaran, pero no me lo explicaron.

(Un agregado posterior: no he visto a Calus en persona desde entonces).

Entrada VI[]

Por la mente de Match, consejero de la Sombra al verdadero Emperador. Sobre el Leviatán, triunfante en la batalla de nuestro Emperador. Hoy lleno el Cáliz-Y con sábanas, para que mis antepasados puedan vendar sus heridas. Todos mis pensamientos y propósitos para mi Emperador, Calus, antiguo y futuro soberano.

Hemos conquistado a los clipse.

Entre todos los clientes del reinado de Calus, de todas las diversas especies que alentó a unirse y a influir nuestra gran cultura, los clipse fueron unos de sus favoritos más queridos. Cuando saludaron su regreso con misiles, lo hirieron terriblemente. Pero Calus no se puso de mal humor ni enfureció, ni los señaló en la oscuridad de su noche para exigir con tristeza una explicación. Esto lo atribuyo a su nueva y misteriosa filosofía.

En cambio, le pidió a Valus Nohr que planificara y ejecutara la reconquista de Clipse, usando solo el Leviatán y las tropas a bordo. Luego me pidió que brindara una narración de la historia de Clipse desde el golpe.

Calus estaba orgulloso de su ayuda a los clipse. Están, o estaban, atrapados en una guerra sin fin con su biosfera infestada de alienígenas, los cuales generan horrores en todas partes. Calus vio esta guerra como un hecho lamentable pero inalterable, por lo que en lugar de apoyo militar, buscó enriquecer a los clipse con una cultura magnífica y un gran lujo. Los clipse no estaban contentos. Después del motín de Ghaul, los Dominus intentaron asegurar su lealtad enviando una flota para "ganar" su antigua guerra.

Por supuesto, los legionarios descubrieron que era imposible conquistar el ecosistema genocida sin destruir al mismo planeta. Sus esfuerzos solo envenenaron a los clipse, tanto al mundo como a la gente. Después de un siglo de ingeniería climática fallida, ataques de choque tóxico y tonterías como "despejar y mantener", Ghaul descartó a los atormentados clipse como "ya no son esenciales para la seguridad estratégica del imperio".

Creo que los clipse esperaban recuperar el favor de Ghaul desafiando a Calus. Quizás pensaron que su mundo era inconquistable. Al final, tal vez tenían razón. Valus Nohr aterrizó en su capital lunar y militar Kaga-Clipse con solo seis mil soldados. Durante ocho semanas, los clipse la atacaron por tierra y órbita mientras sus interceptores robóticos invadían al Leviatán. No formé parte de la gran metacolaboración que nos ayudó a protegernos, pero el poder de las mentes reunidas cubrió las alfombras con estática y tuve un déjà vu constante.

Cuando Nohr salió de su bastión en su famoso ataque relámpago, invocando los misiles del Leviatán sobre los puestos de mando vitales que identificó, la defensa clipse se derrumbó. Su último acto desesperado fue un asalto de comando contra el propio Leviatán. La nave de embarcación se deslizó bajo nuestros sensores, pero la metacolaboración sintió el propósito vengativo a bordo.

Calus nos impidió disparar. "Doy la bienvenida a su intento", dijo. "Déjenme ver su espíritu".

Llamé para preguntarle sus intenciones, no lo he visto cara a cara por más tiempo del que puedo contar. "Estoy filtrando a mis seguidores, Match", respondió. "Pensando en las sombras que lanzaré".

El ataque clipse falló, por supuesto, pero hubo un sobreviviente, al que llaman Rull. Algunos piensan que se ganó una reunión cara a cara con Calus, aunque dudo que sea con su verdadera cara. Con Kaga-Clipse bajo nuestro control, podríamos destruir el mundo clipse a nuestro gusto. Calus recompensó su rendición al darle a Rull un regalo: todo lo que los clipse necesitaban para poner fin a su agonizante guerra perpetua.

Era una hoja de papel, de tipo grueso y tosco que Calus hace con agua cometaria y algodón de su jardín personal (dice que le gusta el olor). Rull lo firmó después de pasar dos horas en una habitación con Calus. Las fábricas de Leviatán se pusieron en movimiento, forjando lujosas Arcologías autocontenidas, mundos de bolsillo que podrían albergar a miles de personas en consuelo perpetuo.

Cuando las personas elegidas por Rull estaban a salvo en las Arcologías, las armas de Kaga-Clipse bombardearon el mundo natal de los clipse convirtiéndola en una tormenta de fuego global. Los sobrevivientes elegidos en las Arcologías heredarían vidas de abundancia. El resto tenía la paz de la ceniza. La guerra eterna había terminado.

Le recé al cáliz dentro del espejo en busca de respuestas. Pero fue Calus quien respondió.

"Match." Me habló mentalmente como lo haría un psiónico. "Le dije la verdad a Rull. Todo terminará pronto. Debemos aceptar eso. Lo que importa es la alegría y la compañía que podemos encontrar antes del momento final. ¿Por qué dejar que miles de millones sufran por un futuro que nunca llegará? La vida sin dignidad y con el único propósito de vivir, no es vida. Es un virus. Es una maldición. Más vale morir que convertirse en algo como la colmena."

Rull dejó su mundo para viajar con nosotros. Me pregunto si no podría enfrentar lo que había hecho.

Entrada VII[]

Por la mente de Match, consejero de la Sombra al verdadero Emperador. Sobre el Leviatán, cruzando un lugar de hambruna. Hoy lleno el Cáliz-Y con litio, el cual mis antepasados nunca más desearán metal. Todos mis pensamientos y propósitos para mi Emperador, Calus, antiguo y futuro soberano.

Hemos estado trabajando durante tanto tiempo que he descuidado este diario. Pero ahora estamos cruzando un lugar hambriento, un claro quemado en el oscuro bosque galáctico, y me encuentro con tiempo para pensar.

Quizás es por eso que mi Emperador vino a mí otra vez.

Los facsímiles robóticos que fabrica son tan inquietantes como él, o como el Calus que recuerdo. Estoy completamente seguro de que su verdadera forma ya no es la del Emperador que conocí. Quizás ahora solo sea una boca, que sonríe, se mofa y come lo que desea...

Pero prefiero creer que todavía tiene un alma. ¿Por qué otro motivo vendría a mí si no le importa lo que piense de él?

Cuando se instaló a mi lado en el sillón del observatorio, traté de sentir la construcción de su cuerpo mecánico. Pero su presencia era tan intensa, que era como mirar al sol. "¿Sabes en dónde estamos?" preguntó.

"Una parte de la galaxia que se asentó hace mucho tiempo", dije, cerrando mi ojo interno contra su resplandor. Una estrella, pensé, es una explosión que no puede escapar del apetito de su propia gravedad. "La mala fortuna dejó esta área sin metales debido a la dispersión de una supernova, y ahora no queda más que estrellas oscuras, mundos muertos e hidrógeno".

"Un lugar de pobreza", sugirió. "Un cementerio".

"A menudo hablas de la muerte, Majestad".

"El conocimiento de la muerte es la clave de la felicidad". Palmeó el banco a su lado, como reconociendo a un amigo desaparecido. "Mira hacia afuera. Imagina a todos los billones de seres que vivieron entre esas estrellas. ¿Crees que algunos de ellos fueron felices?"

"No me esperaba menos".

"¿Por qué, Match? ¿Por qué algunos serían felices y otros miserables?"

"Quizás tenían más metal", sugerí a secas.

"¡Exactamente!", aplaudió encantado, casi asombrado. "La felicidad es relativa, Match. En otras palabras, si un hombre rico viviera al lado de una mujer que tuviera diez veces su riqueza, nunca estaría satisfecho, ni siquiera en matrimonio. Se sentiría pobre al mirarla. Incluso las satisfacciones más básicas de nuestra biología requieren contraste: la ausencia de sed, la ausencia de hambre, la ausencia de soledad ".

"Esta es la filosofía de un niño, Majestad", protesté. "¿Necesitamos dolor para conocer el placer? ¿Necesitamos pérdidas para atesorar lo ganado? Un debilucho diría esas cosas. Anda, una vez me dijiste que estos son los sermones que los miserables usan para excusar su miseria. El sufrimiento no aumenta la felicidad. El miedo no nos bendice. La verdadera satisfacción es verdadera en sí misma ".

Me miró con gran satisfacción, encantado por mi visión y por la forma en que mis palabras reflejaban su propia sabiduría. "¿Cuál fue la falla en mi imperio, Match? ¿Por qué Ghaul me derrocó?"

Sentí que no quería mi primera respuesta: porque aquellos marginados y enfurecidos por sus reformas cosmopolitas se habían unido sin su conocimiento. "¿Porque no temías a la muerte, Majestad?"

"¡Exactamente! Abrí mis brazos para abrazar a todos mis pueblos, ofreciéndoles consumo sin límite y celebración sin fin. Las estrellas en sí ardieron de manera dulce y clara, y olvidé que hasta las estrellas mueren". Se inclinó más cerca de mí. Sentí el calor como un horno bajo su piel falsificada. "Tienes razón. Aquellos verdaderamente felices no necesitan desdicha y sufrimiento para dar sentido a sus vidas. Existen en el momento, en paz con su inevitable muerte. Ahora que lo he aceptado, todo esto terminará... ¡tiene sentido de nuevo, Match! Tengo MÁS que el resto del universo. ¡He visto lo que se avecina! ¡Sé el valor de cada momento que queda!"

Él me sonrió, su hendidura se apartó de sus dientes brillantes. "Y quiero que también valores esos momentos, Match. Me pregunto... si hay algo que quieras contarme. Algo que cambiaría el resto de tu vida. No te equivoques: pronto llegará un final, y después no tendrás ninguna posibilidad de corregir lo que lamentas. Entonces, ¿por qué retrasarlo? ¿Por qué no me lo dices?"

No recuerdo la excusa que di cuando huí.

Entrada VIII[]

Por la mente de Match, sacerdote del cáliz. Sobre el Leviatán, donde yace mi templo. Hoy lleno el Cáliz-Y con alabanzas para mi Emperador, Calus, antiguo y futuro soberano. Para que mis antepasados conozcan su generosidad.

Le conté.

Ha decidido dónde preparará todo para la muerte. El curso del Leviatán está establecido hacia un sistema lejano, en donde el Viajero espera. Sus Sombras ya están en camino para matar a Ghaul, o morir en el intento. ¿Cómo podría traicionarlo, en este momento decisivo, guardando un secreto que me ha pedido compartir?

Me acerqué a él mientras se bañaba en su piscina real, ya que sus representantes son, por supuesto, tan exquisitamente sensuales como su antigua forma. Me quité la ropa, no habiendo más tabú entre nosotros que entre dos animales, y me senté a su lado en el resplandor de su comodidad.

"Su Majestad", dije, "Tengo un secreto que no le he contado".

Le expliqué cómo adoraba a mis antepasados y al cáliz sagrado que portaba sus espíritus. Admití que, en mi corazón, antepuse estas creencias a él. Escuchó mientras le contaba cómo los antiguos pensamientos de mi pueblo acerca de Dios, los jefes supremos operantes que dominaban nuestra prehistoria por pura agudeza mental, habían exterminado mi fe por atreverme a ver una chispa de esa divinidad en cada persona común.

"Match", dijo, "has cometido un delito, y en breve daré mi sentencia. Pero primero, déjame preguntarte algo. ¿Crees que tomé la elección correcta con los clipse?"

"No", admití.

"¿Porque eliminé a tantas vidas?"

"Sí, su Majestad."

"Pero sabiendo que de todas formas tendrían un final, y que al matar a la mayoría, le permití a unos cuantos que vivan felices en lugar de luchar... ¿no elegí el mayor bien posible?

"Supongo, su Majestad, que mi fe me hace ver el sufrimiento compartido de los clipse como... algo más justo que la supervivencia de unos pocos felices. Si yo fuera uno de los clipse, querría una oportunidad justa. No el juicio desde lo alto.

Asintió con compasión. "Lo sé, Match, una vez también traté de ser justo. Un imperio de excesos para cada ciudadano, sin importar su clase o especie de nacimiento. Es bueno para un gobernante elevar el estándar según el cual viven sus súbditos. Pero, ¿y si ese gobernante ha encontrado pruebas, pruebas absolutas, que la existencia es un juego de suma cero? ¿Que no hay suficiente tiempo o energía para dar a todos una vida justa? Sabiendo eso, ¿no deberíamos privilegiar a unos pocos elegidos?"

No lo sabía y lo admití.

"Está bien. No pido certeza". Se movió, enviando olas a través de la piscina. "Durante mucho tiempo después del golpe, miré hacia el universo infinito y vi... falta de sentido. En un universo que continúa para siempre, debe haber una infinidad de Calus, todos mirando la misma falta de claridad. ¿Cómo podría ser un dios si era... genérico?

Pero ahora que he visto lo que se avecina, ahora que hay un límite en el tiempo que se nos otorga... bueno, puede parecer cruel, Match, pero cuanto menos hay de todo lo demás, le doy más importancia. Tengo la intención de ser la última cosa buena en este mundo. Reuniré a mis compañeros elegidos y aliviaré tanto sufrimiento como pueda antes del final. Hay Emperadores que adoptarían cualquier forma para escapar de la muerte. Yo no soy uno de ellos, soy fiel a mí mismo. Y así, Match, tú también lo eres".

Me dio una palmada en la espalda con enorme gentileza. "Tu único delito, mi consejero, fue que me negaste la oportunidad de darte un regalo. Ven. Muéstrame el lugar que prefieres y dime las medidas que requieres. Te construiré un templo para que puedas adorar sin temor. Y todo lo que pido es que me recuerdes en tus oraciones".

Entrada IX[]

Por la mente de Match, consejero de la Sombra al verdadero Emperador. Sobre el Leviatán, en reposo en el lugar de los finales. Agradezco a mis antepasados la plenitud de mi copa; agradezco a mi Emperador por concederme un propósito.

Sin más secretos atormentándome, he descuidado este diario. Hoy vuelvo a él de buen humor, conmovido por la diversión de mi Emperador. Un grupo de guardianes que Calus hospeda ha llegado con un varias demandas en disputa: una nave estelar, una descripción precisa de su "Oscuridad", una lista de estrellas que el Viajero ha visitado, un tratado con el imperio cabal para la defensa de la Tierra, la oportunidad de ver a Calus en su verdadera forma, arreglos de ciertas armas que, según ellos, se han torcido, y muchas cosas más.

Calus ama a estos guardianes. Los ama por su energía, su vivacidad, su voluntad de hacer lo que les pide con la esperanza de una recompensa. Le encanta cuando bailan. Ama los grandes enojos heroicos que muchos de ellos expresan cuando se sienten insatisfechos con su trabajo. ¡Busquen alegría, él los exhorta!

Y ama a sus guardianes porque sabe que puede enseñarles una lección que nunca podrán aprender por sí mismos. Son como Calus fue una vez: desconocen su estado finito.

Calus les enseñará. Son inmortales, pero todos desaparecerán algún día, como mi Emperador, como yo. Ese día señalado llegará pronto. Todo desaparecerá con la misma seguridad de que la infancia se desvanece de la edad adulta. Y cuando las cosas por las que luchan los guardianes se pierdan, su poder, su futuro, su impulso para hacer cada vez más cosas, comprenderán que lo que importa es la alegría que encontraron con sus compañeros, no los arsenales y las ambiciones que reunieron.

Todas las cosas llegarán a su fin. Todo lo que se haga por el bien de alguna grandeza futura no llegará a nada. En nuestras cuentas finales, solo valdrán las cosas que nos trajeron alegría y significado.

Y porque confié en Calus, he encontrado la alegría. He tomado las decisiones que me permitirán morir en paz.

Bendice a los espíritus del cáliz. Bendice el día en que derramaron nuestras almas en nosotros. Y bendice a mi Emperador, quien nos guiará hasta el final.

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